La vida en las grandes ciudades nos ofrece comodidades al permitirnos
tener todo a nuestro alcance. Sin embargo, esto también implica
enfrentarnos a dificultades como el tiempo de traslado de un lugar a otro,
vivir con prisas y sacrificar el tiempo de la convivencia familiar por
sobrecarga de trabajo.
Hoy quiero compartirles cómo los juegos de mesa pueden ofrecer un
medio divertido para fortalecer la convivencia padres-hijos, mientras
permites que tus hijos pequeños aprendan y se diviertan.
Si buscas en tu memoria, es probable que recuerdes algún momento en el
que jugaste cartas, dominó, caras y gestos o turista mundial con tus
familiares.
Parte de lo que los niños de la primera infancia deben de desarrollar, a
medida que van creciendo, es su capacidad para esperar turnos, seguir
reglas, aprender a ganar o perder, etc. Un juego de mesa puede ser una
experiencia de aprendizaje muy completa, en la que los pequeños se
enfrentarán a la necesidad de auto-regular sus emociones y fortalecer sus
habilidades para saber esperar, apreciar los logros propios y de los
demás, así como mejorar sus habilidades comunicativas y de
pensamiento.
Entre los 4 y los 6 años, es común que los niños se frustren porque
pierden en el juego. Al enfrentarse al “no ser quien gané” el pequeño
podría desistir de la actividad y no querer jugar mas, hacer berrinche o
hasta llorar, expresando su enojo ante sus contrincantes, sin embargo
aún cuando puedan surgir estas conductas, será una gran oportunidad de
aprendizaje para practicar la tolerancia a la frustración.
El entorno seguro de amor del seno familiar, ofrece el escenario perfecto
para que poco a poco el niño vaya superando esta etapa en la que el
deseo de ganar, sobrepase la experiencia misma del juego. De acuerdo a
Piaget, los niños en esta edad, se encuentran en una etapa preoperacional
lo que implica, entre otros aspectos, que el pensamiento del niño es
egocéntrico, por lo que los juegos entre familia pueden irlos preparando
para fortalecer la empatía y empezar a ver y entender a los otros.
Como recomendación cuando lleven a cabo juegos de mesa en familia
con pequeños de edad preescolar, consideren lo siguiente:
1. Elige juegos que impliquen habilidades motoras o comunicativas que
los niños puedan realizar.
2. Ponte en sus zapatos y modela la empatía y la
diversión ante el juego. 3. Expresa tu felicidad ante el
momento de convivencia familiar.
4. Si tu pequeño pierde y hace berrinche o expresa frustración, dale
espacio para que vuelva a la calma, ya calmado platica con él o ella y
reflexiona sobre la importancia de pasarla bien y de que a veces se
gana y otras no.
5. Dale la oportunidad a tu pequeño de experimentar tanto el
perder como el ganar.
6. Diviértanse juntos y sigan fortaleciendo
sus lazos familiares.
Algunos juegos apropiados para los preescolares son: serpientes y
escaleras, uno, dominó, lotería, memoria, monos locos, operando,
monos al estanque o twister.
Te invito a que organices una tarde de juego en familia y nos
compartas tu experiencia.
Escrito por Lupita Antimo